El empleo de Euskal Herria se encuentra extendido desde siglos atras, asi como también documentado, para calificar y hacer referencia a las tierras culturalmente vascas por encima de fronteras y diferencias históricas.
Su traducción al castellano, significa tierra del euskera. Ello, da lugar al nacimiento de un sentimiento de pertenencia basado en la lengua hablada por la colectividad (euskara) y, por tanto, no tiene relación con el esquema indoeuropeo en el que el sentimiento de pertenencia está basado en el nacimiento de una tierra determinada.
Si bien actualmente la palabra herri se traduce como "pueblo" antiguamente significaba "tierra". El escritor navarro Pedro de Axular en el siglo XVII llamaba Alaba-herria a lo que actualmente se llama en euskara Araba (en español Álava). Alaba (adaptación vasca del término latino planus) significaba en euskera de esta época "llano" y por lo tanto Alaba-herria se traduce como "tierra llana". De esta antigua significación de la palabra herri procede también el actual término vasco herrialde
o "parte de tierra" que es equivalente al término región de la lengua
española y se utiliza comunmente en euskara para hacer referencia a los
diferentes territorios vascos.
Desde los primeros textos largos en lengua
vasca, a partir del siglo XVI, aunque ya en aquella época no existía una
unidad política y los vascos se encontraban divididos entre los reinos
de Francia y España, a uno y otro lado de los Pirineos, nos encontramos con alusiones a Euskal Herria. Lo que denota el uso generalizado de este término entre los euskaldunak (euskáldunák; vascos) para designar a la tierra en la que vivían.
El hecho de estar generalizado su uso en toda
la vascofonía nos indica que este término se extendió entre los vascos a
partir del declive del Imperio Romano, en la segunda mitad del siglo
III d.C., en el que empezó un reforzamiento
y mestizaje de las tribus vascas, con una mayor intercomunicación entre
las distintas tierras de habla vasca y con una fuerte autonomía
política del conjunto respecto a la administración imperial. Esa
autonomía y cohesión de la población vasca no haría sino aumentar, bajo
el liderazgo
de los vascones de Navarra, con la llegada de las tribus germánicas -de
los visigodos y francos- a partir del año 400, que trajo consigo la
culminación del desarrollo del euskara común para todos los vascos.
Esta extensión del término Euskal Herria,
no puede proceder de la posterior unión de los vascos a través del Reino
de Pamplona-Nájera y después del de Navarra, dado que lo más lógico es
que en vez de Euskal Herria, se hubiera extendido el término Nabarra (forma medieval vasca para denominar a Navarra) para designar a la tierra de los vascos. El término Iruñea
(Pamplona) nunca podría haberse extendido, ya que desde los comienzos
de este reino en el siglo IX, en cualquier escrito europeo, a sus
habitantes se les llamaba navarros y a su reino Navarra; aunque
oficialmente se llamara primero Reino de Pamplona, y posteriormente
Reino de Pamplona-Nájera (siglo X), hasta que finalmente, en el siglo
XII, tomara ya como oficial la denominación de Reino de Navarra.
Por lo tanto el término Euskal Herria no es
más que la forma vasca de designar lo que en latín fue denominado como
Vasconia. Una denominación que perduró entre los vascos durante siglos,
aunque el Ducado de Vasconia había quedado muy alejado en el tiempo.
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