¿Quién escribe la Historia?




La "matriculación" de diferentes anales y crónicas, fué en multitud de civilizaciones un trabajo elaborado por un cargo institucional público, controlado a su vez, por el propio estado. Sima Qian (padre de la historia en la cultura china), estrenó en su propia cultura, los registros históricos oficiales burocratizados, en el s.II a.C. Por consiguiente, el musulmán Ibn Jaldún, elaboró una crítica a la manera usual de hacer historia. Esta crítica, no tuvo repercusiones a corto plazo, puesto que se tomaba como un antecedente en lo que a la renovación de la metodología histórica y de la filosofía de la misma se refiere, aspecto que no comenzó hasta el s.XIX, como consecuencia de la evolución historiográfica en Europa Occidental. Mientras, los historiadores castellanos y de Indias dieron pie en la España Ilustrada del s.XIII (periodo de tiempo desde Felipe V hasta Carlos IV, que recoge el movimiento del s.de las luces iniciado en Francia como antecedente a la Revolución Francesa) a la fundación de la Real Academia de la Historia.

Por su parte, matizar que la Real Academia de la Historia de España, es una institución encargada del estudia de la Historia de España: "antigua y moderna, política, civil, eclesiástica, militar, de las ciencias, letras y artes, o sea, de los diversos ramos de la vida, civilización y cultura de los pueblos españoles". Tiene su sede en la Villa de Madrid.
A su vez, ha recibido diversas críticas en lo referente a su centralismo, al diccionario biográfico y a la propia academia en sí; las cuales serán expuestas a continuación. 
En cuanto a la primera de las tres, fué enunciada por Xabier Zabaltza, en el 2006 en su libro Una historia de las lenguas y los nacionalismos. En ella enuncia:  «[...] muchos trabajos que se presentan como "científicos" suelen ser meras racionalizaciones que malamente disimulan una interpretación mítica y teleológica de la historia, empezando por las propias publicaciones de la Real Academia de la Historia, que a la vez que intenta demoler los constructos intelectuales de los nacionalismos periféricos da por buenos los tópicos más burdos del nacionalismo español». En este caos, hace referencia a tres publicaciones de la propia Academia: Reflexiones sobre el ser de España, De hispania a España y España como nación. 
Continuando con las críticas, en 2011 se publica el Diccionario Biográfico Español, aspecto que provocó multitud de quejas, críticas y denuncias, debido al contenido del mismo, en cuanto a biografías como por ejemplo,la de Francisco Franco, redactada por el historiador Luis Suárez Fernández (presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos), donde no caracteriza como dictadura el periodo en el que Franco estuvo en el poder, en contraposición de la biografía de Juan Negrín, que éste sí que la describe como tal.
Como justificación a tales críticas, la academia hizo público un comunicado, escudándose en la libertad de pensamiento ideológico de cada miembro de la misma, así como la libertad de sus miembros junto con la gran diversidad palpable de todos los autores. Por su parte, también se dió el caso, de autores que se posicionaron en defensa del diccionario.
A causa de las presiones ejercidas sobre la Real Academia para la revisión y corrección del diccionario biográfico, se vió en la tesitura de crear una comisión para dar respuesta a dichas denuncias y quejas sobre el contenido del mismo. Estas presiones, vinieron de la mano también, del ministro de Educación Ángel Gabilondo y por la inminente retirada de fondos públicos, en caso de no realizar tales cambios, retirada que se produjo igualmente. Tras un año de trabajo, en la corrección del diccionario, ha día de hoy, se desconocen dichas modificaciones implantadas por la comisión. 
Según el diario El País (el 27 de mayo de 2012), publica una noticia en la que se recoge que la academia no realizaría ningún tipo de alteración en ninguna de sus biografías, así como que tampoco habría biografía alternativas a las publicadas, tan sólo pequeñas modificaciones en la agenda final. 
No hay que pasar por alto, el hecho de que el actual ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha tomado al decisión de reactivar la subvención así como una partida que se incluye dentro de los presupuestos del Estado de 2012 de 193.000 euros, destinados al diccionario. 
La decisión de mantener inamovible el contenido del diccionario, provocó reacciones de descontento por parte de diferentes historiadores y sobre todo por la Asociación de Historia Contemporánea, manifestando su presidente, también en el diario El País: "Que mantengan el Diccionario es una prueba de su escasa profesionalidad, de su obsolescencia, de su inconsciencia del ridículo". Paradógicamente, tres días después de dicha noticia, el mismo Wert, afirmó, en el congreso de los diputados, que el diccionario tendría modificaciones: 14 entradas se revisarán en profundidad, una se eliminará y 16 tendran ligeras modificaciones. Aún así se desconocen cuales.
Todo ello, se ha extrapolado a críticas hacia la propia academia, es decir, críticas en lo referente a la cuestiones como:  el escaso número de mujeres, el centralismo hegemónico de sus académicos así como la mayoría de sus especialistas provienen de tiempos de reyes y conquistadores junto con funciones improcedentes como la del censor. 
Volviendo al hilo de lo anterior, fué a partir de la educación secundaria, cuando la mayor parte de los países, incluyen los programas de historia como elemento imprescindible del currículo.
Como consecuencia a este proceso de institucionalización del tema en cuestión, ha provocado una subdivisión de la propia historia en cuanto a disciplina académica se refiere. Dicha subdivisón es por un lago, en cuanto a escisiones temporales, poco aplicables fuera de la sociedad occidental: historia antigua, historia medieval, historia moderna, historia contemporánea.
Y por otro lado, existen subdivisiones, para la clasificación de la propia historia espacial (hisotria nacional, regional, local y continental), temática (historia política, militar, de los movimientos sociales y políticos...), historias ligadas a otro tipode disciplinas (historia del arte, de la música...) o incluso centrada en otro tipo de cuestiones puntuales (historia de la electricidad, de la democracia, de iglesia...).
Ante tal situación, se han replanteado diferentes tipos de propuestas, las cuales radican en la necesidad de solventar tales sesgos dentro de la historia, basándose en una perspectiva holística, como puede ser una historia de las civilizaciones junto con una historia total, o por el contrario, darle a la situación una perspectiva inversa basada en una microhistoria.  

Por todo ello, puede sacarse en claro, que la historia, así como su estudio en los centros escolares, se encuentra manipulada y dirigida, en función de una serie de intereses, políticos y de dominación probablemente, los cuales se encuentran marcados y establecidos por el poder estabelcido
Con ello, lo que se intenta transmitir por medio de la historia, es una legitimación de valores determinados, así como una ideología y prejuicios. Por ello, pese a ser un insulto a todos aquellos agentes invisibilizados, a lo largo del recorrido histórico, por el propio Estado, no es ni más ni menos que una mera estrategia de dominación, entendiendo de esta forma que lo expuesto en las líneas anteriores, es la función social que cumple la historia en la actualidad,  desvirtuándose así de su esencia y sentido original y encontrándose lejos de ser objetiva en los hechos. 






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